El Presidente de Deportivo Madryn, Ricardo Sastre, dice que si un club está dispuesto a crecer “tiene que acostumbrarse a dejar cosas en el camino. Fue difícil, pero el socio lo entendió y hoy lo disfruta. Aquellas decisiones fueron en pos de crecer. Los resultados están a la vista”
El Presidente, recuerda que “para el hincha y para nosotros como integrantes de comisión directiva, fue una decisión dura la de canjear, entre otras cosas, el tradicional Palacio Aurinegro de Fontana y Espora, pero hoy con el predio actual, estamos más convencidos que nunca de que las decisiones tomadas en conjunto con los socios en aquellas asambleas, fueron las correctas”.
Deportivo Madryn ya tiene listas las torres de iluminación en el Complejo “Leopoldo Remussi”, más precisamente en cada una de las esquinas del Estadio “Abel Sastre”, y así confirma que los avances de los últimos años en materia de infraestructura, han sido los más importantes para la institución, que en mayo estará cumpliendo su centenario de vida.
“Hoy quizás se habla de las obras en el club, porque muchas ya están terminadas. Pero parece que nadie recuerda todo lo que atravesamos para tener este presente. Porque cuando nos tocaba canjear tierras o instalaciones propias, nadie decía nada. Y cuando a cambio recibimos las obras que se habían comprometido con cada beneficiario de los canjes, ahí sí nos tocó leer las opiniones del resto. O cuando prendimos por primera vez las luces, tener que leer que los demás recibirán un aumento de Servicoop porque Madryn tiene luces en el estadio. Entendemos que son las reglas del juego, pero se habla sin sentido. Cuando yo era Intendente, nuestros concejales elevaron un proyecto de ordenanza que se terminó aprobando, para que los clubes de la ciudad paguen un mínimo de las boletas, porque a muchos se les hacía cuesta arriba. Y no fue un beneficio para Deportivo Madryn, fue para todos, y aún hoy lo tienen. A nosotros nos pone muy felices que los equipos de la ciudad puedan crecer”, destaca el Presidente del Aurinegro.
Y recuerda que “así como Alianza Fontana Oeste puso la iluminación en su estadio hace ya tiempo, también lo pudo hacer JJ Moreno en algunas de sus canchas, y hoy nos toca a nosotros. Es un orgullo enorme no solo para el club, sino también para la ciudad. Las condiciones con las que hoy cuenta el estadio, nos permiten que el día de mañana Madryn pueda no solo jugar de noche, sino también postularse para ser sede de algún partido de Copa Argentina, y eso es positivo para el hincha del club y para cualquier vecino que pueda asistir”.
“DECISIONES ACERTADAS”
Sastre recuerda algunas asambleas que fueron claves para el desarrollo que se ha logrado hoy, y si bien admite que “las votaciones siempre fueron unánimes, es decir con el voto de todos los socios en forma afirmativa en cada asamblea convocada” también recuerda que “algunas no fueron fáciles. En absoluto”.
Y es que para lograr lo que hoy se tiene, la institución cedió algunos valores históricos, entre ellos el Palacio Aurinegro de Fontana y Espora.
“Todos queríamos mantener esa cancha de básquet y la confitería FAMA que estaba a su lado, pero primero, nos quedaba muy lejos del predio actual. Segundo, buscábamos centralizar todo en el mismo lugar, y tercero que nosotros como club, no íbamos a poder construir una cancha nueva en el predio. Así que tuvimos que acudir a lo que ya habíamos hecho en alguna ocasión, que era canjear lo que teníamos, por una obra nueva. Esa fue la manera, y aún hoy funciona de esa forma”, explica el mandamás aurinegro.
EL PUNTAPIÉ
El primero de estos canjes se había realizado bajo la presidencia de Luján Barrientos, y al momento de asumir Ricardo Sastre en 2004 se llevaba adelante la ejecución de las obras.
“Fue el canje que quizás menos se sintió para los socios, porque en ese caso el club iba a ceder tierras que tenía cercanas a la zona de Punta Cuevas, pero donde nunca se había hecho nada. La realidad es que con los ingresos no se podía encarar la construcción de una cancha nueva de básquet y una de fútbol, y tampoco se iba a construir nada en esas tierras. La solución era darle esos terrenos al sector privado, a cambio de la construcción de las canchas en nuestro predio, y así fue como inauguramos el Nuevo Palacio Aurinegro en 2004 y el Coliseo del Golfo en 2006”, recuerda Sastre.
“Estaba claro que nosotros no podríamos construir jamás dos obras como esas, pero sabíamos que si cedíamos algunos de los bienes que teníamos, la proyección a futuro se iría modificando, y tendríamos la posibilidad de soñar sobre bases firmes”, dijo.
“EL PALACIO”
Tiempo después fue momento de tomar una decisión quizás un poco más fuerte. Era tiempo de desprenderse de un pedazo de historia viva, que albergó las mejores noches de básquet de la ciudad en las décadas del 80 y 90: El Palacio Aurinegro.
“Me acuerdo que reunimos a los socios en Asamblea y les explicamos que tanto el Palacio como la confitería FAMA, podrían quedar en manos de una de las iglesias más convocantes que tenía y aún tiene la ciudad, y que a cambio, ellos en nuestro predio construirían un gimnasio de características similares, con algunas especificaciones nuestras. Así fue que llegó el Junior al predio en 2016” recuerda el Presidente.
“Fue una discusión sana entre quienes mostraban lo que podía ser el predio con otra cancha, y los que no queríamos tampoco soltar el Palacio. Pero aquí es donde hacemos hincapié en lo que proyectábamos, y en lo importante que fueron esas decisiones conjuntas con el socio, para poder tener lo que tenemos hoy”, sentenció.
“ROCA Y GALES”
Hace algunos años, aún bajo la presidencia de Gustavo Sastre, se llamó nuevamente a asamblea a todos los socios, y la incógnita era saber si por medio de un nuevo canje, el club podría encarar obras de gran importancia.
¿El objetivo? Tener el Hotel Boutique, iluminar el estadio de fútbol y cerrar sus tribunas completas.
¿Qué ingresaba a esa negociación? Se le daban al sector privado todos los locales con los que el club cuenta en el tradicional predio de Roca y Gales, incluyendo la pileta que da al Golfo Nuevo. Lo único que quedaba exceptuado en este canje, es el edificio de la sede social.
“Pudimos ponernos todos de acuerdo y votar en forma unánime nuevamente. La confianza de los socios tenía como antecedente los canjes anteriores, y la premisa siempre era la misma: se trataba de lograr obras que el club no podría hacer con una caja propia, pero que sí podía solventar con un canje de bienes” destacó el mandamás aurinegro.
AVANCES
“Por eso decíamos que para tener lo que hoy tenemos, hubo que atravesar un proceso de ir dejando cosas en el camino. Nadie quería perder el Palacio Aurinegro, pero hoy no tendríamos el Junior. Obvio que eran valiosísimas las tierras de Punta Cuevas, pero nos permitieron tener nuestros estadios de fútbol y básquet en el predio de Avenida Keneth Woodley, y ni hablar de ceder el patrimonio de la tradicional manzana ubicada en Roca y Gales, pero si no fuera por eso, no podríamos disfrutar de las luces, la ampliación de tribunas en la cancha de fútbol que está próxima a comenzar, y el hotel boutique, donde prácticamente se ultiman detalles para su inauguración”, explica Ricardo Sastre.
Y cierra diciendo que “muchos pretenden el mismo crecimiento que nosotros, pero sin dejar nada en el camino. Esa no es la forma, al menos para los clubes, porque se trata de instituciones sociales y deportivas que no cuentan con los fondos propios para encarar estas obras, pero que pueden proyectarlo en base a los bienes con los que se cuenta. Los canjes hicieron que vayamos cediendo instalaciones propias, pero teniendo en cuenta la proyección que teníamos, y nuestro predio actual, sabemos que hemos tomado las decisiones correctas desde 2004, y seguiremos por este camino”, cerró.