Según un informe de la Universidad Católica Argentina, se observa una caída del poder adquisitivo en todos los estratos, con mayor intensidad en los más pobres, ampliando la brecha con respecto a la línea de pobreza.
En el período 2023-2024 en Argentina aumentó de manera significativa las tasas de indigencia y pobreza por ingreso, con una caída del poder adquisitivo en todos los estratos, pero en los más bajos mucho más en términos absolutos y relativos. Estos datos alarmantes se desprenden de las conclusiones de un informe de la Universidad Católica Argentina, que toma datos del Indec sobre la Evolución de la Distribución del Ingreso.
En un informe llamado «Un final anunciado: más pobres, pobres más pobres y más desiguales ¿Marcas del pasado o más futuro por venir?”, el Observatorio de la Deuda Social de la facultad da cuenta de «una crisis sistémica» de la política-económica del país y no hay evidencias de un giro o cambio significativo en el rumbo en el devenir social
La profunda caída del bienestar económico y la distribución regresiva de los ingresos se da en el marco de un ciclo largo de agotamiento del modelo de posconvertibilidad, luego de varios años de acumulación de políticas fallidas y desequilibrios sistémicos, pandemia de por medio, y de un último año de crisis contenida, devinieron políticas de ajustes correctivas, brutales, aunque inevitables.
Tantos los ingresos de los ocupados como el de los asalariados, perdieron en promedio, alrededor de un 20% real en el primer trimestre del año, en comparación al mismo periodo del año pasado.
En el segmento de los ocupados, el estrato más pobre perdió 24,4% en el periodo del primer trimestre, el medio, 23,1% y el alto, 12,2%. Entre los asalariados, la dinámica es similar: el estrato más bajo vio un retroceso en sus ingresos de 24,9%; mientras que el medio, 22,6% y el alto, 15,1%.
En cuanto a la evolución de las tasas de indigencia, se estima que habría aumentado de 8,8% a 19,8%. Mientras que la tasa de pobreza habría pasado de 38,8% a 54,6%.
En conclusión, el periodo se caracteriza por un empobrecimiento generalizado de los hogares y la población -deterioro del bienestar- pero diferenciado al interior de la estructura social. Todos pierden, pero los estratos más bajos pierden más en términos absolutos y relativos. Esto da lugar a una profunda caída del bienestar económico y a una distribución de los ingresos más regresiva.