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Médicos y docentes coparon Plaza de Mayo contra el ajuste de Javier Milei


Estudiantes, docentes y no docentes de distintas universidades nacionales y médicos, enfermeros y trabajadores de distintos hospitales públicos se concentraron frente a la Casa Rosada para reclamar por el recorte en el presupuesto y los salarios. «Hay un plan de extermino al conjunto de los trabajadores en salud y educación. Por eso a Milei lo vamos a frenar con movilización y lucha».

«Hay un plan de exterminio al conjunto de los trabajadores en salud y educación. Por eso a Milei lo vamos a frenar con movilización y lucha», expresó una trabajadora despedida del Hospital Posadas a C5N. «El Presidente está actuando como enemigo de los trabajadores, de las universidades, de los hospitales y de todo lo que sea público», sumó por su parte una docente de la Facultad de Exactas de la UBA.

La jornada de lucha que unió a la salud y a la educación empezó por la mañana con clases abiertas de cátedras variadas. Así, bajo la sombra de las palmeras para protegerse del sol, cientos de estudiantes sentados en pupitres o en el suelo, tomaban nota y escuchaban atentamente a sus docentes de materias como Química Biológica, Cálculo Avanzado, Álgebra Lineal, Epistemología de las Ciencias Sociales, Fitopatología, Tectónica andina, Historia de la Psicología, Genética Molecular, Elementos de Prehistoria, Historia Antigua de Oriente, Sociología Rural, Antropología, Introducción al Pensamiento Científico, Sociedad y Estado, Genética, Mecánica y Termodinámica, Matemáticas y Semiología, entre otras.

Cerca del mediodía, Javier Milei, quien se encontraba en la Casa de Gobierno reunido junto a parte de su gabinete, salió al balcón presidencial a saludar creyendo que los presentes lo iban a felicitar por su cumpleaños número 54. Sin embargo fue abucheado por la comunidad educativa que rechaza el paso de la motosierra libertaria por las universidades. Ante esa situación, las fuerzas de seguridad tuvieron que apurarse para volver a poner el vallado que habían quitado frente al portón de la Rosada y así impedir el avance de los manifestantes. Milei, desconcertado, volvió a entrar a la sede gubernamental.

«Lo de Milei fue una provocación. Sabían que íbamos a hacer clases abiertas. Es un conflicto que el Gobierno sigue de cerca. El Presidente salió al balcón y se encontró con el abucheo y la demanda de que nos aumenten los salarios y no desfinancien a las universidades», dijo Laura, docente de Pensamiento Científico en el CBC de la UBA

Tras el blooper del economista libertario, la jornada siguió según lo pactado por los distintos sindicatos convocantes. Los platos fuertes fueron la exposición titulada «La nueva era de las catástrofes», la Feria de Ciencia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y charla denominada «Enseñarle economía a Milei» a cargo del vicerrector de la Universidad Nacional General Sarmiento, Germán Pinazo.

«La propuesta tuvo como objetivo desarticular algunas mentiras del Gobierno como la idea de que las universidades no queremos ser auditadas. El 95% del presupuesto universitario son salarios. Esos salarios son informados a la secretaría de Educación todos los meses con cuil y cuenta de depósito de cada trabajador. ¿Cómo se puede justificar recortes del 40% en términos reales cuando el 95% del gasto es informado todos los meses?», preguntó Pinazo en diálogo con este medio.

El vicerrector señaló que, en cuanto a presupuesto universitario, Argentina está por debajo del promedio de los países de la región mientras que tiene una de las matrículas más altas. Luego desestimó la idea del Presidente de que «no hay plata» y explicó que las universidades pueden ser financiadas con los impuestos que le quitaron a los sectores más ricos del país. «Está clarísimo que la cuestión universitaria no es un problema presupuestario. No hay motivos que justifiquen un recorte de esta magnitud», puntualizó.

También desmintió que las universidades adoctrinan a los estudiantes. «Hablan de adoctrinamiento pero los que repiten afirmaciones que no resisten un chequeo elemental y se violentan cuando alguien busca cuestionarlo son ellos. Por eso tenemos que salir a la calle para combatir el terraplanismo y las falacias del Gobierno en torno a la educación».

El principal motivo del reclamo fue la recomposición salarial. Según denunciaron los docentes y los trabajadores universitarios, desde el cambio del gobierno están 60 puntos por debajo de la inflación. «Nuestros salarios son los más bajos de todo el país y de toda la actividad docente. Llegamos a fin de mes como podemos, ajustándonos en todo. El 20 de cada mes ya no nos queda salario para usar», contó un docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

«La mayoría de los trabajadores tenemos salarios de indigencia cuando años atrás algunos pagaban Impuesto a las Ganancias. Perdimos contra la inflación. Nos están ahogando. Es una pesadilla lo que estamos viviendo», sumó Valeria, trabajadora no docente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Los presentes advirtieron que la lucha continuará con paros, marchas y tomas de edificios hasta que el Gobierno aumente el presupuesto para el normal funcionamiento de las universidades.

Marcha Blanca en defensa de la salud pública
A las 15 horas llegaron a Plaza de Mayo cientos de médicos, residentes y trabajadores de hospitales públicos que movilizaron desde el Congreso acompañados por un fuerte operativo de Gendarmería y la Policía Federal. La denominada «marcha blanca» se realizó en reclamo por la recomposición salarial del 100%, «que es lo perdido en el último año», un sueldo inicial de $1.500.000 «para igualar la canasta básica» y por el rechazo a los despidos y el ajuste en salud.

Frente al Cabildo se improvisó un escenario sobre un camión donde se concentraron trabajadores del Garrahan, Bonaparte y el Posadas para escuchar la lectura de un documento conjunto. «Estamos en pie de lucha para reclamar contra un Gobierno que vino a desmantelar todos los derechos del pueblo», indicó Cristian, enfermero residente del Bonaparte.

El enfermero destacó que la lucha de la comunidad sanitaria logró impedir el cierre del hospital que intentó impulsar el Gobierno pero reconoció que los trabajadores aún sufren la incertidumbre de no saber qué pasará en el futuro. «Intentan desgastarnos para cerrar el hospital en un proceso lento y silencioso, por eso estamos en la calle para que vengan a apoyar el derecho a la salud pública», agregó.

Luciana, compañera de Cristian, desmintió por su parte las mentiras que el Gobierno intentó instalar para cerrar el hospital. «El Gobierno salió a decir que en el hospital teníamos pocos internados pero hay que entender que en salud mental las internaciones son un último recurso. En el hospital se atienden cientos de personas por día en los diferentes dispositivos». Luego comentó que desde enero los contratos de los trabajadores se renuevan cada tres meses y los salarios perdieron fuertemente ante la inflación. «Se nos complica llegar a fin de mes. Muchos compañeros tienen que endeudarse para vivir», advirtió.

Al término de la lectura del documento, médicos y residentes del Garrahan realizaron sobre Plaza de Mayo una clase de RCP para «reanimar a la salud pública». Allí se encontraba Lucia, madre paciente a la que los médicos del hospital le salvaron la vida. «Mi hija tiene una cardiopatía congénita. En el año 2018 la obra social no nos daba respuesta y en el Garrahan le salvaron la vida. Hoy tiene 16 años», contó emocionada. «El laburo de los trabajadores del Garrahan es incansable y único. Se ponen la bandera de la vida y la esperanza. Lo que están padeciendo es violento, por eso las familias venimos a apoyarlos porque ellos han salvado a nuestros hijos», remarcó.

Cerca también se encontraba Gimena, trabajadora administrativa del Posadas despedida en dos oportunidades, la primera vez durante el plan de ajuste impulsado por el gobierno de Mauricio Macri y la segunda el pasado 17 de octubre cuando le llegó una comunicación por parte del hospital bajo la gestión libertarias. «Ellos hablan de cesación de contratos pero en realidad son despidos porque el 85% de los trabajadores somos contratados. Esto implica un vaciamiento en la salud pública. Yo hace 23 años que trabajo en el hospital como contratada, lo que representa una enorme precariedad laboral», lamentó.

Para la trabajadora despedida, el ajuste de Milei no tendrá limites y por eso es necesario enfrentarlo con jornadas de lucha y movilización. «A Milei lo va a frenar el pueblo en la calle», completó