La variante NB.1.8.1 impulsa un repunte global de COVID-19 y presenta síntomas poco comunes

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto bajo vigilancia la subvariante NB.1.8.1, un descendiente de Ómicron detectado por primera vez en enero de 2025. Actualmente representa más del 10 % de los casos secuenciados a nivel mundial y es predominante en China y Hong Kong, con presencia también en Europa, EE.UU., Australia y destinos turísticos como Egipto, Tailandia y Maldivas  .

Expertos, incluida la doctora Lara Herrero de la Universidad Griffith, señalan que NB.1.8.1 se propaga con mayor facilidad y puede sortear parcialmente la inmunidad previa de vacunas o infecciones  .

Aunque sus síntomas principales continúan siendo la tos, fiebre, dolor de garganta, congestión nasal, fatiga, mialgias y cefalea, se registraron también manifestaciones menos habituales en otras variantes, como náuseas, diarrea y estreñimiento. Estos signos gastrointestinales dificultan su diferenciación con resfriados o infecciones digestivas  .

Por el momento, no se percibe una mayor gravedad clínica comparada con otras subvariantes de Ómicron; sin embargo, el entorno internacional sigue en alerta por el incremento de hospitalizaciones y casos confirmados  .

Como órganos de prevención, la OMS insiste en mantener medidas como el uso de mascarillas en interiores, ventilación adecuada y lavado de manos, especialmente ante la presencia de síntomas. Asimismo, recomienda continuar con la vacunación para prevenir formas graves de la enfermedad  .