El escándalo en Avellaneda tuvo repercusión internacional: la Conmebol confirmó la cancelación del partido entre Independiente y Universidad de Chile, correspondiente a los octavos de final de la Copa Sudamericana, luego de los graves incidentes que dejaron decenas de heridos.
Cuando el encuentro estaba 1-1 y la serie favorecía a los chilenos por el 2-1 global, el organismo determinó que no había garantías de seguridad para continuar y elevó el caso a su Comisión Disciplinaria. Tanto el Rojo como la U quedaron expuestos a fuertes sanciones.
En un comunicado oficial, la Confederación condenó enérgicamente los hechos de violencia ocurridos dentro y fuera del estadio, aseguró que hará un seguimiento de los afectados y adelantó que actuará “con la mayor firmeza”.
La decisión remite a otros antecedentes recientes en el continente, aunque la particularidad de este caso es que se apunta a la responsabilidad de ambos clubes: los incidentes habrían comenzado con hinchas visitantes, pero la violenta reacción de la barra local también quedó registrada en las imágenes.