En el gobierno nacional esperan avanzar con las tratativas para un crédito que financie la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. El comienzo de un nuevo vínculo político entre los dos gobiernos luego de la salida de Jair Bolsonaro en el marco de una nueva cumbre de la CELAC
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, arribó este domingo a la Argentina para tener una serie de reuniones junto a Alberto Fernández y el martes participar de la VII cumbre de la CELAC, a la que también llegará, en el medio de una gran polémica en el círculo político del país, el venezolano Nicolás Maduro.
El mandatario brasileño arribó a la Aeroestación Militar del Aeroparque Jorge Newbery pasadas las 21. Así lo anunció la cuenta oficial de la Casa Rosada en Twitter con un video. El canciller Santiago Cafiero fue el encargado de recibir al primer mandatario. Lo acompañaba Daniel Scioli, el embajador argentino en Brasil.
Lula llegó junto a su comitiva, entre los que se encontrarán el canciller, Mauro Vieira; el ministro de Economía, Fernando Haddad y el principal asesor en política exterior, Celso Amorim.
“Embarcamos hacia Argentina, luego Uruguay. Mañana participo en la Celac. Reanudemos los lazos. Brasil regresa a la escena internacional y trabajará para fortalecer el Mercosur”, había posteado el presidente de Brasil en su cuenta de Twitter al dejar su país.
El encuentro que Lula y Alberto Fernández tendrán en Buenos Aires está enmarcado en lo que el embajador argentino en Brasil denominó como el “relanzamiento de la relación entre Argentina y Brasil”, luego de cuatro años donde el vínculo político fue muy complejo por las diferencias ideológicas entre el Presidente y el ex mandatario Jair Bolsonaro.
Fue justamente Scioli quien pudo lograr un mínimo de armonía entre los dos gobiernos, determinante para que la relación comercial —la más importante que tiene la Argentina— fluya sin contratiempos. Esta nueva etapa con Lula en el poder es completamente diferente. El rumbo político del nuevo presidente se asemeja, en términos ideológicos, al que busca imponer el gobierno del peronismo en el país.
Desde que el gobierno cambió en Brasil la mirada de la Casa Rosada también se modificó. Durante las primeras charlas entre Scioli y Fernández, posteriores al triunfo de Lula en las elecciones, el ex motonauta pidió apuntar “todos los cañones” al país vecino, reclamando que se ponga especial énfasis en profundizar la actividad económica y productiva.
Scioli afirmó, durante una entrevista con la agencia Télam este fin de semana, que existe “una enorme expectativa y un ánimo renovado en todo el empresariado brasileño y argentino”. En ese sentido, remarcó que “tienen certidumbre, tienen garantías, y tienen confianza”.
La voz del embajador es también la de Fernández, con quien mantienen una estrecha relación en tiempos donde el peronismo padece una profunda grieta interna. Por eso es las últimas horas el ex gobernador fue el encargado de aclarar en público la importancia que tiene para el gobierno nacional la llegada de Lula da Silva a la Argentina. Fue la voz oficial.
Brasil tiene una economía creciente con inflación negativa y el cambio de mando en el Palacio de Planalto le abrió las puertas al gobierno de Fernández para avanzar en un nuevo vínculo con el país vecino. La idea del Presidente sigue siendo la misma. Es necesario profundizar la integración comercial de los dos países y una de las formas de hacerlo es teniendo una relación estrecha alrededor del gasoducto Néstor Kirchner.
“La puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner ha generado en Brasil un enorme interés, para poder lograr que Argentina siga avanzando en infraestructura y poder exportar cada vez más gas a precios más competitivos de lo que están comprando”, sostuvo el embajador.
Hay dos ejes centrales en ese tema. Uno está vinculado a la posibilidad de que el gasoducto llegue a Brasil en algún momento. Otra, quizás la más importante en este presente de construcción de la obra, es que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) le abra a la Argentina una línea de crédito, con una tasa de interés conveniente. Las negociaciones están muy avanzadas y eso le daría un nuevo impulso a la construcción.
Antes de la llegada de Lula, el embajador Scioli rescató que hay muchos acuerdos comerciales “en materia energética, alimentaria, industria, infraestructura e integración financiera”, motivo por el que en el Gobierno esperan que crezca el volumen de la relación comercial. Más exportaciones y más inversiones. Más inserción de Pymes en el mercado brasileño.
Lula tendrá una agenda apretada. Por la mañana del lunes hará una ofrenda floral con el canciller, Santiago Cafiero, al monumento de San Martín. Luego tendrá una reunión bilateral con Alberto Fernández en la Casa Rosada, que se ampliará cuando se sumen, del lado argentino, el ministro de Economía, Sergio Massa, el canciller Cafiero y el embajador Scioli.
Más tarde participará de la firma de acuerdos bilaterales en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, de un foro de empresarios de ambos países que se realizará en el Museo del Bicentenario y de una reunión con representantes de los Organismos de Derechos Humanos.
Después de ese encuentro el presidente de Brasil se encontrará con la vicepresidenta Cristina Kirchner, con quien mantiene una estrecha relación. Finalmente, participará de un evento cultural bajo el nombre “Concierto de la Hermandad Argentino-Brasileña”, que se realizará en el Centro Cultural Kirchner (CCK)